dc.description.abstract | De acuerdo con los especialistas en el tema, la seguridad ciudadana tiene dos
dimensiones principales: una objetiva y una subjetiva (Otamendi, 2009). La
primera se relaciona con la materialización de los actos que vulneran la integridad
de los ciudadanos y la segunda se reiere a la mayor o menor sensación
de seguridad que éstos maniiestan, independientemente de lo que las estadísticas
sobre delitos cometidos indiquen. En México la inseguridad ciudadana
objetiva y subjetiva ha crecido signiicativamente en años recientes; el detonador,
que no el origen, generalmente se asocia con la violencia causada por el
combate al narcotráico. En este sentido, el problema de seguridad ciudadana
está íntimamente ligado a un problema de seguridad nacional. En este espacio
presento algunas relexiones sobre el problema de seguridad ciudadana desde la
perspectiva de políticas públicas. Discuto, primero, que la respuesta insuiciente
(y deiciente) del gobierno puede deberse a la falta de una deinición clara de
la seguridad ciudadana como un problema público, ya que ha estado subordinada
al tema de la seguridad nacional. Otra posible razón es que el problema de la
seguridad ciudadana ha recibido un tratamiento inadecuado por lo que no ha
impactado lo suiciente a los decisores políticos. Finalmente, desde la perspectiva
de los estudios de implementación de políticas, discuto algunos aspectos
que pueden complicar la operación de una política de alcance nacional en un
sistema federal, como lo es México. | |