A la orilla del cielo. Relatos para adolescentes

Abstract

“SOLICITAR TESIS EN EL MOSTRADOR DE PRÉSTAMO A DOMICILIO” Crear literatura para adolescentes y ponerla a disposición para que se aplique en despertar el pensamiento filosófico en ellos, es una pretensión que podría pasar por infructuosa, ya que en esta edad los lectores se distancian de la lectura, como lo señalan recientes estudios (INCE 2019). Cuando hablo de pensamiento filosófico no me refiero a que los adolescentes conozcan la historia de la filosofía ni quieran dedicarse de adultos a ser filósofos. Apunto a la capacidad que tenemos todas las personas de descubrir el mundo por nosotros mismos. Al derecho que tenemos del pensamiento autónomo, crítico y ético que podemos desarrollar con la lectura de relatos con trasfondo filosófico. En este sentido, Alain Badiou se dirige a los jóvenes en su ensayo La verdadera vida y reflexiona sobre el papel del filósofo, la filosofía y lo que ambos pueden ofrecer a la juventud. Para ello, se remonta hacia el pasado hasta el juicio de Sócrates y la sentencia de muerte que recibe por corruptor de la juventud. Badiou enfatiza que esta corrupción no es en el sentido de degradación o perversión intelectual sino en mostrar el camino de la vida verdadera: aquella que se conquiste “contra los prejuicios, las ideas preconcebidas, la obediencia ciega, las costumbres injustificadas, la competencia ilimitada”. Para él es necesario que los jóvenes se sientan animados a recorrer sus propios caminos para que puedan crear o proponer alternativas que los construyan. El interés que tengo en escribir literatura para adolescentes fue tomando forma a partir de mi proyecto de grado de licenciatura titulado Filosofando con niños. En él propuse un taller siguiendo la propuesta de Filosofía para Niños (FpN) de Matthew Lipman y Ann Margaret Sharp, quienes heredaron el pragmatismo de John Dewey. Los temas de su programa se diseñaron considerando las preguntas de los niños y los jóvenes acordes con su desarrollo intelectual y psicológico. Aunque la metodología de Lipman y Sharp es ampliamente conocida en todo el mundo por más de seis décadas, no fueron los únicos que, en el siglo XX, dedicaron su trabajo a la formación del pensamiento y diálogos filosóficos, idea socrática de origen. En consonancia con estas propuestas anglosajonas, al mismo tiempo el pedagogo brasileño Paulo Freire vio a la educación como un medio de liberación: quienes participan de ella, en este caso el mediador y los adolescentes, se humanizan, se educan mutuamente y problematizan su realidad inmediata a través del diálogo.