Hay luz en mi boca. La poesía religiosa de Jaime Sabines y la Santa Biblia
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Fecha de publicación
2018-06Autor(es)
Tipo
TesisIdioma
EspañolMetadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
"SOLICITAR TESIS EN EL MOSTRADOR DE PRÉSTAMO A DOMICILIO". La presente monografía tiene como tema la poesía religiosa de Jaime Sabines, particularmente se atiende la relación de sus poemas dentro de esta categoría con versículos bíblicos. No es la primera vez que se escribe sobre la influencia de la Santa Biblia en los versos de Sabines, pero la intención en estas páginas es determinar algunas similitudes de poemas del chiapaneco con versículos bíblicos nunca antes considerados. Por tanto, el objetivo principal no es determinar si los poemas religiosos de Sabines realmente son religiosos, o a qué tipo de poesía religiosa pertenecen o dentro de qué denominación religiosa se encuentran sino exponer la semejanza que comparten con pasajes bíblicos no identificados anteriormente por los críticos.
Para la elección del tema de esta investigación, primero se procedió a elegir uno de los poetas religiosos más asequibles, populares, sinceros y contemporáneos de habla hispana; Jaime Sabines fue elegido porque reunía todas estas cualidades. Sabines nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1926 y falleció en la Ciudad de México, en 1999. En el libro Lo sagrado en la poesía de Jaime Sabines, Guadalupe Flores Liera nos expone la visión citadina de las cosas de Sabines: “azoteas con ropas secándose al sol, gatos caminando por ellas, antenas y tinacos, automóviles y claxonazos, los balcones del edificio de enfrente… el paisaje de la segunda mitad del siglo XX urbanizado e industrializado” (Flores 15). Ella afirma que en cuanto a las personas Sabines percibe: “la sociedad de consumo, el peatón anónimo que corre al trabajo, va al cine, se preocupa por el dinero, se sienta y toma frente a la existencia una actitud que lo separa y aleja de lo sagrado. Inmersas [las cosas] en un mundo donde ya no hay lugares privilegiados para el contacto con Dios” (Flores 15). Flores atisba en los ojos del poeta un mundo: “en el que todo está en función de la ciudad
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corrompida y mecánica, la sensibilidad religiosa de las poblaciones se ha empobrecido perceptiblemente y la vida del hombre ya no está abierta hacia el cosmos” (Flores 15-16). Ciriaco Pedrosa Izarra en Religión y religiones en los poetas (1974) define la poesía religiosa explicando que “la esencia de la religión es conocimiento y reconocimiento, intelectual y volitivo de la existencia de un Ser sobrenatural”, y entonces afirma que “no es preciso que el poeta recurra expresamente a Dios o a elementos de la religión objetiva para que su obra sea religiosa. Hay situaciones sociales y espirituales que provocan verdaderos poemas religiosos” (Pedrosa citado por Martínez 5). El poeta religioso siempre está alabando o discutiendo la existencia y proceder de un ser supremo, y una de las maneras de hacerlo es siguiendo el ejemplo de los textos bíblicos judeo-cristianos.
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