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dc.date.issued2015-04-29
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.11777/1810
dc.description.abstractSé que el término pecado está en desuso. Sé que para un espacio sobre medios de comunicación no es el término más adecuado para designar una realidad. Pido una disculpa a los lectores por hacerles leer sobre un concepto teológico con muy mala fama e historia. Sin embargo, soy teólogo y creo que vale la pena rescatar el concepto para expresar nuestra realidad mexicana. Este lunes 27 de abril se dio a conocer el Informe 2015 del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla. En él se dan datos de terror; recojo solamente uno: 89 millones de mexicanos/as viven en pobreza monetaria, es decir no tienen un ingreso suficiente para vivir dignamente, 89 millones, es decir 75 por ciento de nuestra población sufre para vivir y existir dignamente día a día. Tres de cada cuatro habitantes de este país no puede tener lo mínimo para vivir como persona aunque trabaje de sol a sol, ya que somos también el país que más horas trabaja por año, ya que un país como Holanda trabaja mil 300 horas promedio en México se trabaja más de 2 mil 200. Trabajamos mucho pero ganamos muy poco. Esto se puede llamar de muchas maneras pero en teología se llama pecado.es_MX
dc.language.isoEspañoles_MX
dc.subjectInforme 2015 del Observatorio de Salarios, Universidad Iberoamericana Pueblaes_MX
dc.subjectSalario, pobreza, Méxicoes_MX
dc.titlePecado estructurales_MX
dc.typeArtículoes_MX
dc.contributor.authorOrtiz Cotte, Jesús Alejandro
dc.date.accessioned2016-09-07T20:47:54Z
dc.date.available2016-09-07T20:47:54Z


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