dc.description.abstract | Aristóteles decía que el ser humano, es como un animal racional, social o político; la esencia de la naturaleza humana está en su racionalidad y en su sociabilidad. De manera que la sociedad no se opone a la naturaleza, sino que es un desarrollo de esta, por consecuencia para él, “la única libertad deseable y posible es la que otorga la obediencia a la ley”. Hoy observamos que, en México, se vive bajo una constante violación a las leyes y de forma particular, a aquellas que tratan materias sobre seguridad, por los altos niveles de violencia que existen, que como veremos a lo largo de este trabajo, conllevan a una disminución de la libertad de todos. Por tanto, es importante resaltar, que la libertad del humano es la obediencia a las leyes, cuando se tiene por supuesto, una amplia conciencia de lo que esto implica y no solo por obligación. Se debe preparar a los ciudadanos para ser parte de una sociedad constantemente participativa que demande un Estado que se mantenga fuerte y legítimo, para así tener la capacidad de aplicar las leyes y observarlas de manera confiable, efectiva y legal, ya que, si esto no sucede, el crimen organizado o cualquier otro sector, puede suplantar estas funciones con acciones violentas, impunes y corruptas.
Dentro del complejo estudio de las problemáticas de la sociedad mexicana, existen dos que son centrales en la viabilidad del futuro de México: inseguridad y participación política. Cuando el Estado no puede garantizar la seguridad ciudadana, comienzan a surgir problemas sociales y de legitimación institucional, pierde el monopolio de la violencia y las leyes carecen de efectividad. No existe un Estado de Derecho generando la descomposición del tejido social. A este escenario, se le puede catalogar como un Estado fallido, (situación cercana a lo que ocurre varios de los estados de México). En este contexto, es difícil preservar el Estado de Derecho para garantizar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía. Esta dinámica se debe en parte, a la falta de un sistema legal sólido y estable que garantice derechos e igualdad a los ciudadanos. El crimen organizado corrompe a un gran número de elementos de seguridad e incluso a muchos ciudadanos, debilitando todo tipo de participación social.
Ante este escenario que se vive en México, esta investigación tiene como objetivo analizar la relación que existe entre inseguridad y participación política desde 1997 hasta 2015.
En las últimas dos décadas. el incremento de la inseguridad en México ha sido insólito. Dicho fenómeno, ha estado vinculado al desarrollo de organizaciones criminales que operan en el territorio nacional, dedicadas al mercado ilegal de drogas, extorsión, trata de personas, robo, asesinatos, y a la misma violencia generada por la lucha sangrienta entre bandas criminales, en su búsqueda por apropiarse territorios para el tránsito y venta de estupefacientes. De esta forma, se convirtieron en una amenaza real, que minan el poder de las Instituciones de Gobierno, tales como las de Seguridad y las propias Fuerzas Armadas del país. Por su parte el Estado, desde su rol weberiano que le otorga el monopolio del uso de la violencia legítima (Weber, 2014) corrompe a los funcionarios y crea paralelamente estructuras de poder, que mantienen débil al Estado. El crimen organizado se empodera e incide de forma directa en la pérdida de legitimidad, confianza, y la seguridad de sus ciudadanos. Lo anterior se complementa con la fractura interna de los partidos políticos y de las élites políticas, frente a un sistema democrático incapaz de consolidarse, inhibiendo la participación de la ciudadanía.
Con la alternancia en el poder político en México en el año 2000, el Partido Acción Nacional (PAN) sube con el presidente Vicente Fox. Se esperaba el fortalecimiento de la democracia. Sin embargo, lo que empieza a desarrollarse, es un clima de ingobernabilidad y corrupción en los mandos de las instituciones públicas de los tres poderes de gobierno, debido en gran parte a la falta de cooperación, coordinación y voluntad política de trabajo conjunto, así como a la ruptura de la coexistencia que existía entre el antiguo partido hegemónico, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y las organizaciones criminales de México. La clase política y los servidores públicos ante estos factores se desordenaron, ya que existen sectores coludidos con grupos criminales. Todo ello, ha agudizado el contexto de debilitamiento del Estado del que hemos venido hablando.
Por otro lado, se fragmentan los grupos del crimen organizado, debido en gran medida, a las muertes y detenciones de sus diferentes líderes a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. Esto obliga a que se fortalezcan sus propios grupos armados, ante la desprotección de las Instituciones de Seguridad con los que colaboraban antes de la alternancia del poder. Al mismo tiempo se presenta una constante lucha entre grupos delictivos que buscaban posicionarse como líderes de los cárteles. Estos son los elementos que caracterizan la ascendente carrera de corrupción e impunidad, generando a su vez más violencia.
El Estado Mexicano, presenta instituciones sumamente debilitadas, altos índices de violencia y descontento social. No se tiene una democracia consolidada y las Instituciones de Seguridad Pública se encuentran permeadas por la corrupción del crimen organizado. Sin embargo, se exacerba el enfrentamiento entre el crimen organizado y las instituciones de seguridad gubernamentales, buscando disminuir la violencia más que en erradicar a las organizaciones delictivas y se implementa una política de gobierno basada en la utilización de uso de la fuerza pública, el Ejército y la Marina, dando como resultado una guerra fallida contra el crimen organizado. Esto se puede observar en los índices creados en este trabajo y que se presentan en el Capítulo 2. Esto ha derivado en un aumento de los 7 delitos violentos aquí estudiados.
La ciudadanía está insatisfecha con los gobernantes y la clase política, ya que estos se van alejando de las necesidades y reclamos de los ciudadanos. La participación social pareciera disminuir, mientras la inseguridad se posiciona, como el elemento principal de las agendas presidenciales a combatir, por su desmedido incremento.
El presente trabajo pretende documentar como ha venido evolucionando la inseguridad y la participación social en México para evaluar la relación que existe entre dichas variables. Se decidió hacer un análisis de los conceptos de inseguridad, seguridad y participación social enfocándose en la participación política, buscando con esto que el lector logre un amplio entendimiento de la importancia de estas problemáticas. Al mismo tiempo, se busca identificar si existe algún tipo de correlación entre una mayor participación política y una disminución en los índices de inseguridad y viceversa.
Actualmente, se enfrenta una situación donde existen muy altos niveles de inseguridad y altibajos en la participación social y política. Es importante encontrar soluciones reales y prácticas para frenar este continuo y paulatino deterioro.
Este trabajo representa un documento de consulta para todo aquel interesado en seguir la evolución de la violencia y la participación política en el periodo de 1997-2015. Se presentan los índices en cada uno de los 32 estados de México, tanto de inseguridad como de participación política, y cuáles fueron los delitos violentos que más predominaron.
Se decidió crear índices propios de inseguridad y de participación política en este trabajo debido a que, una de las principales constantes de la seguridad se relaciona al sentimiento de percepción de una amenaza, sea esta real o no. Esto se encuentra íntimamente relacionado al contexto imperante en ese preciso momento, así como al tipo de difusión que los medios de comunicación decidan resaltar. Es necesario el estar consiente que los indicadores índices, datos, encuestas y algunos otros mecanismos de medición, siempre contendrán sesgos y alteraciones en sus resultados finales, que no nos permiten tener una clara imagen de la situación que predomina. Para la realización del índice de inseguridad, se tomaron datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la base de datos de la Incidencia delictiva de 1997-2015, estructurada con las denuncias presentadas ante el ministerio público de cada entidad federativa, tomando en cuenta solo 7 delitos, los que más influyen en la percepción de inseguridad, (secuestro, homicidio doloso, extorción, robo a transeúnte con y son violencia y robo de autos con y sin violencia) y ponderando de acuerdo al número de habitantes por estado. Se destacaron los delitos más violentos cometidos también en los cinco estados más participativos, y en los cinco estados menos participativos de México.
Estos delitos se integraron en un índice ponderado a partir del cálculo de las tasas de delitos por cada 100,000 habitantes. El índice por delito se re-escalo transformando los delitos en un índice de 0 a 1 cuyo valor máximo fue determinado por el año en que el índice de cada delito alcanzó el valor más alto. Los delitos se ordenaron del más grave al menos grave y se transformó dicha ordenación en valores a fin de ponderarlos y garantizar mayor peso a los delitos más graves y menor peso a los menos graves. Finalmente, se realizó la sumatoria de los valores índices multiplicados por el valor que el orden asignado supuso, de tal que secuestro tuvo un peso 7 veces mayor que robo de vehículo sin violencia.
Para la elaboración de los índices de participación política, se tomaron del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondientes a: número de habitantes, votos contabilizados, alternancia de poder, número de partidos representativos y 20 variables más de los 32 estados de México, también durante el periodo de 1997-2015. Ambos índices, se representan en graficas lineales, de red, de barras, tablas y mapas para facilitar su entendimiento.
En este caso, para el índice de participación, pondera como particularmente importante el nivel de participación político electoral y el porcentaje de votos obtenido por la fuerza ganadora. Estos factores se ven complementados por elementos que permiten valorar el nivel de competencia como la alternancia y el que la capital del estado sea gobernada por una fuerza distinta a la del partido que gobierna el estado. Se considera, además, que tantos partidos son competitivos obteniendo al menos 15% de la votación. Con estos elementos se construye un índice de participación política. Es claro que el índice no refleja la complejidad de la participación política y mucho menos de la participación social, pero se considera un proxi adecuado.
En el primer capítulo, se comienza por analizar ampliamente los conceptos de inseguridad, seguridad, violencia, corrupción, impunidad, participación, participación política, abstencionismo político y algunos más. Posteriormente, se explica el procedimiento de la formación del índice de inseguridad. De igual manera, se analiza la participación social para con ello entender la importancia de la participación política y el cómo se construye el índice de esta misma.
En el segundo capítulo, se analiza la evolución de los conceptos de inseguridad y participación política de forma concreta y para ello se presentan e interpretan los índices de elaboración propia obtenidos. Para una mejor comprensión, se destacan estos resultados de manera visual por medio de gráficas, mapas e índices ligados al concepto de inseguridad, seguridad y participación política. De esta forma, se destacan los principales resultados de los estados más representativos en México, ya sea por su altos o bajos índices de inseguridad y participación política.
Finalmente, en el tercer capítulo, se presenta la relación que existe entre la participación política y la inseguridad, destacando el comportamiento histórico de estos elementos y se analiza la posibilidad de que la participación social sea un inhibidor de la inseguridad. Se explica por qué se decide presentar este documento realizando un análisis comparado y se presentan los mapas que comparan el comportamiento de los índices estatales de inseguridad en relación con los índices estatales de participación política. Por último, se presentan mapas que detallan la relación entre participación política y los delitos considerados más violentos. | es_MX |