dc.description.abstract | La formación de formadores en perspectiva humanista supone una permanente tensión entre una experiencia fundante expresada claramente en horizontes antropolótico-educativos que permitan su comunicación y una práctica que sea congruente… la tensión de hacer operativa una filosofía educativa. Dado que el ser humano es homo viator, un pro-yecto de humanización, educar es la tarea intencionada de acompañamiento de la vocación a ser más por, con y para los demás de manera concreta en el mundo en apertura a la trascendencia que da sentido último de vida. En esta perspectiva se educa desde los propios recursos de la persona en un proceso de autoapropiación que parte del afecto, la razón y la experiencia del sentido de la vida. Su dinamización depende de la puesta en juego de la mayor cantidad de variables externas que permitan la creación de talleres de vida en los cuales las personas experimenten que ser humano es algo que va siendo posible cuando se compromete en caminos de libertad y autonomía. Son actores de este proceso tanto los educadores como los educandos. Los primeros comparten su pasión por ser humanos y los segundos van siendo contagiados en un proceso de reciprocidad asimétrica que permite la construcción humanizante solidaria. Robert Baden Powell experimentó en su itinerario que ser humano es algo que bien vale la pena en la medida que se va ganando autonomía con, por y para los demás comprometidos con el mundo en el cual se vive.
Con esto en mente y corazón fue construyendo la propuesta educativa denominada escultismo, la cual consiste en acompañar el camino por el cual un chico o chica va siendo coherente consigo mismo, con los demás y su mundo en tensión hacia su propia autonomía. | spa |